“Los grandes
monstruos de occidente han muerto”, reseña la prensa, seguro que por tu cabeza
idólatra pensaras que el capitalismo murió, yo con mi cabeza ilusa pienso en
gigantescos calamares y hombres de las nieves muertos, pienso que el poético paisaje de un atardecer en el
Lago Ness se ha enturbiado con el espectáculo de una enorme criatura mitad
dinosaurio mitad dragón muerta a sus orillas, con cientos y cientos de personas
agolpadas en el sitio con sus cámaras y Smart phones para captar y guardar ese
trágico e impactante hecho. La muerte de
las leyendas se avecina, el mundo ya no sabe qué hacer, el Nautilus se ha
quedado sin Kraken, Werner Herzog no logró captar al monstruo en el lago con
vida, los misterios se desvanecen con el
paso del tiempo, occidente y sus historias caen en un abismo próximo a
toda realidad. Y de seguro tu aún crees en la caída de la bolsa, en los
magnates en banca rota, en las naciones en guerra, mientras yo divago en la
tristeza de los cuentos que se han quedado sin sus monstruos.
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