miércoles, 2 de enero de 2013

Para no soñar más



         Nos subimos a lo más alto de esa montaña a ver como le llamaban las estrellas a los despistados de abajo, yo quise hurgar en tus memorias, preguntarte cosas comunes de tu vida pasada, saber el nombre de tu padre y la razón de esa cicatriz en tu  espalda,  me emocionaba tanto ver como con las manos unidas hacíamos más pequeña a la luna, hay personas que sólo se pueden quedar en el corazón, si  las hay.  De tus recuerdos vívidos a la pregunta frecuente de cuánto durará este encuentro. Volví a cerrar los ojos  y retuve un poco más  el espasmo de un beso fresco en mi cuello. Nunca estuve segura si lo pudiste sentir, ahora eso no importa, con sólo poner tu mano en mi pecho te darás cuenta de cómo la altura y quizás algo más afecta a mi corazón. Nos bajamos para no saber nada más, para no  complicar al tiempo y su cronograma. Nos bajamos para no soñar más.

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